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Feminismo: Una necesidad cuestionable

«Una critica al feminismo moderno» Texto escrito por: Juan José Rangel (estudiante del colegio face).

El feminismo surge por la necesidad de una liberación frente a las ideologías conservadoras que invalidaban y denigraban a la mujer; éste, más allá de considerarse una ideología, es un movimiento social y político, que tiene unos valores comunes. 

Gamba, S. propone que el feminismo “Propugna un cambio en las relaciones sociales que conduce a la liberación de la mujer -y también del varón- a través de eliminar las jerarquías y desigualdades entre los sexos”.  Esta frase es un buen ejemplo para partir, ya que ayuda a entender un poco más las ideas comunes que busca el feminismo. Siendo éste, un movimiento que prima una ideología de equidad entre hombres y mujeres y el respeto a los derechos humanos de ambos por igual.

Pero ¿es necesario que se tenga que crear un movimiento social para garantizar que respetemos los derechos humanos? ¿O es ésta nuestra responsabilidad como elementos de sociedad?

El feminismo, desde su inicio, se ha visto obligado a actuar desde la protesta, siendo éste el único medio que garantizaba que se escuchara la voz de la mujer, es por ello que, durante su curso, el feminismo ha tenido gran relevancia, ya que, en cada ola de éste, se ha logrado el establecimiento de diferentes cambios, que cada vez se han convertido más en una forma de hacer valer los derechos de las personas en general.

Lo que la primera ola consiguió fue la adaptación de las mujeres al sistema educativo, así como el respeto de su derecho a votar. Mientras que en la segunda ola se genera una “revolución sexual” que buscaba la reivindicación de la mujer en la sociedad, saliendo así de los roles preestablecidos que la limitaban en sus posibilidades de hacer cosas diferentes a las socialmente normativas. Y a su vez, la diversificación de sus derechos sexuales. 

El feminismo, desde su origen, no ha buscado la opresión ni la dominación del hombre, al contrario de ello, ha luchado por una equidad en las oportunidades de trabajo, voto y derechos. Hoy en día es complicado pensar si este valor se sigue o no manteniendo, ya que, en las últimas décadas, ha comenzado el surgimiento de diferentes corrientes del feminismo con ideologías bastante cuestionables.

El problema surge, más que nada, por el inicio de diversas corrientes que, al ser el feminismo un medio tan versátil, claramente caben dentro de él. Pero terminan siendo ramas de expresión de personas con pensamientos propios, que toman el feminismo como base para justificar sus ideologías cuestionables.

Este tipo de pensamientos llevan a extremos marcados y provienen de una defensa sobre las dinámicas misóginas manejadas en las sociedades durante muchos años, pero ¿es funcional combatir esa misoginia tan criticada, adoptando sus mismos métodos y utilizándolos desde una posición diferente? ¿o son estas ideas incoherentes con el feminismo? Al fin y al cabo, no siempre es bueno combatir fuego con fuego.

Como dice Gamba, S. “el feminismo no es homogéneo, ni constituye un cuerpo de ideas cerrado, ya que las mismas posturas políticas e ideológicas que abarcan toda la sociedad, se entrecruzan en sus diferentes corrientes internas».

Un ejemplo de esto son algunas frases reconocidas de mujeres influyentes en este tipo de corrientes feministas, frases como: “el odio político hacia el hombre es un honorable acto de toda mujer” o “cuando una mujer llega a un orgasmo con un hombre, lo único que está haciendo es reproducir el sistema del patriarcado” las cuales son frases que demuestran el tipo de opiniones manejadas en estos medios, que marcan un inicio en el nacimiento de muchas más ideologías feministas basadas en la percepción del hombre como sujeto de odio, siendo al fin y al cabo, una idea que termina devolviéndonos a la inequidad entre sexos.

Viendo la manifestación del feminismo en la actualidad, muchas de las protestas se llevan a cabo como acciones vandálicas, que, si bien cumplen su propósito al generar discusión, se han convertido más en herramientas de difusión, que en protestas reales. A coste de esto, traen consigo daños que terminan pagando monumentos y espacios públicos. Por ello es importante hacer una crítica, no al feminismo y sus ideologías, sino a la forma en que muchas personas los llevan a la práctica.

Es precisamente por todas estas acciones vistas en la actualidad, que nace una inconformidad muy grande hacia el feminismo, ésta se da principalmente al cuestionar la razón real detrás de todas las dinámicas llevadas a cabo por personas que se manifiestan en función de este movimiento.

Por tanto, se sabe que está mal incurrir en este tipo de actos y no son una representación real de lo que significa el feminismo. Pero tampoco podemos tomar éstos como motivo para criticarlo de una manera poco objetiva, ya que al utilizar estos casos tan particulares para decir que el feminismo está mal, se están dejando de lado los valores reales que éste promueve.

Otro punto importante de ver es el hecho de que, en la sociedad actual, las mujeres tienen tratos especiales que, desde un escaso conocimiento, parecen tener sentido y estar más que justificados, pero ¿no es esto un arma de doble filo? Al poner a las mujeres en circunstancias especiales y protegerlas de las cosas que consideramos no son capaces de lidiar por sí solas, ¿no estamos fomentando una idea de inferioridad en la mujer?

Porque aunque cueste decirlo, el hecho de tratar a las mujeres con políticas especiales, es un acto misógino, ya que esto termina siendo una muestra de cómo se promueve a la mujer como un ser incapaz y vulnerable. Y a su vez, no podemos tampoco desestimar la vulnerabilidad del hombre, ya que existen las víctimas masculinas y no en todos los casos son quienes agreden, muy al contrario, en muchas ocasiones, estos también llegan a ser las víctimas de diferentes conflictos. No podemos sesgarnos por las ideas que se nos han impartido, para permitir que se trabajen desbalanceadamente las políticas de género.

La mujer no debe ser denigrada por cuestiones de género, ni el hombre se debe dejar de tomar en cuenta como persona con vulnerabilidades.

No debemos normalizar que en casos de conflicto la balanza se incline del lado de la mujer por considerarla en la necesidad de una protección especial, porque ¿es eso realmente justicia?

A la hora de analizar si el feminismo es o no una herramienta de cambio, hay que tener en cuenta que los cambios reales se dan desde cada individuo, y de cómo estos reconocen que se tienen que adaptar a las variaciones que se den en las dinámicas sociales. Por ende, el hecho de que exista una manifestación o que se imparta colectivamente una ideología, no garantiza que esta se vaya a respetar. Esto es parte de la responsabilidad de cada individuo, la cual se debe buscar, así nos encontremos en una posición de poder o privilegio que no nos permita ver el panorama completo.

Una humanidad libre de machismo no se dará hasta que el hombre y la mujer se respeten mutuamente, como seres de derecho. Y, lamentablemente, si viviéramos en una sociedad que respetara desde un principio los valores humanos, tanto del hombre como de la mujer, nunca hubiésemos necesitado del feminismo; pero, al no ser éste el caso, debemos respetar que, gracias a él, se logró la adaptación de muchos valores necesarios en la sociedad.

Aun siendo el feminismo una herramienta fundamental para generar un cambio en nuestra forma de organizarnos socialmente, este movimiento, al igual que todas las cosas, debe ser cuestionado. 

A modo de conclusión, el feminismo no debería existir, porque nos corresponde como seres humanos, el actuar responsablemente con la integridad de todas las personas por igual. Y mientras existan estructuras sociales que sean cuestionables desde el nivel de la ética, no llegaremos a un punto en donde podamos vivir en una armonía real, sin la necesidad de este tipo de manifestaciones. 

El verdadero cambio que necesitamos no lo da el feminismo, ni ningún tipo de movimiento social o propaganda política, para esto necesitamos ser seres pensantes y que nos cuestionemos la forma en que vivimos y nos manejamos como sociedad, ya que la evolución se da con aquellos pequeños cambios que hacemos al darnos cuenta en que estamos mal. Tomemos el feminismo como una invitación al cambio, pero no desde las cosas que éste propone, sino la filosofía en que está basado y construyamos con esto, nuevas formas de mejorar.


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