Si hay algo que no pasará de moda, es moverse. Desde que damos nuestros primeros pasos hasta que llegamos a la adultez, el cuerpo nos pide estar en movimiento, ya sea corriendo al aire libre, practicando yoga o bailando al ritmo de tu música favorita, el movimiento permite escuchar a tu cuerpo, liberar tensiones y encontrar algo de paz interior. Y no es casualidad porque la actividad física y el deporte tienen un rol clave en nuestro desarrollo como personas. Pero más allá de los músculos y la resistencia, hay situaciones, sensaciones o emociones que colisionan en nuestra mente y en nuestra vida diaria.
En este blog mencionaremos las más relevantes que impulsamos a enseñar y aprender en face.
Por: Santiago Lozano, Maestro de corporal y postural.
Más que músculos: Beneficios para el cuerpo y la mente
Cuando se habla de actividad física, lo primero que nos viene a la cabeza es una rutina de gimnasio, correr al aire libre o jugar un partido de algún deporte. Y sí, todo eso cuenta, pero los beneficios van mucho más allá de lo que se entiende por apariencia física. Hacer ejercicio de manera regular mejora la salud y promueve el bienestar, ayuda al corazón, fortalece los huesos e incluso favorece hasta para dormir. Pero lo que a veces se deja a un lado es el impacto tan positivo que tiene en nuestra mente.
¿Te sientes estresado? ¿Ansioso o preocupado? Una buena dosis de ejercicio físico también moldea tu mente, libera endorfinas, esas famosas «hormonas de la felicidad» que nos hacen sentir bien. Además, mejora la concentración, la memoria y estimula la creatividad. Así que la próxima vez que te sientas bloqueado, en lugar de sobre pensar las cosas sal a caminar, mueve el cuerpo y verás cómo las ideas surgen o fluyen.
Conecta contigo mismo
La disciplina, la constancia y el esfuerzo pueden llegar a ser la combinación ideal para poder descubrir y construir algo que en face conocemos como autogestión. En un mundo lleno de distracciones, los juegos, la actividad física o el deporte brindan un espacio para desconectarse del ruido exterior y permite escucharse e ir conociéndose a sí mismo.
Si alguna vez has intentado aprender algo nuevo es importante saber que los resultados son progresivos, requieren paciencia, repetición y, sobre todo, motivación. Además, el deporte aumenta la autoestima. No importa si corres una maratón o simplemente logras hacer esa flexión que antes parecía imposible. Cada pequeño avance te recuerda que eres capaz de más de lo que crees y te invita a obtener lo que te propongas.
Conexión social y bienestar emocional
La práctica deportiva es una excelente aliada para poder empatizar con otras personas. Ya sea que juegues frecuentemente con las mismas personas o simplemente vayas a la cancha a entrenar, compartir el ejercicio con otros fortalece las relaciones, enseña a trabajar en equipo y a gestionar la frustración cuando las cosas no salen como esperabas.
En face, el simple hecho de moverte te ayuda a liberar tensiones, desestresarte y mejorar tu estado de ánimo. ¿Cuántas veces hemos acabado el descanso agotados pero felices?
Es la magia del movimiento.