La lectura es más que un proceso académico; es la puerta a la imaginación, al pensamiento crítico y al crecimiento integral de los niños. Como maestro en face, he podido observar cómo los proyectos de lectura impactan profundamente a mis estudiantes, conectándolos con el mundo de manera holística.
Por: Giovanny Marulanda, maestro de Socionaturales
Este enfoque se enriquece con nuestro proyecto transversal, donde cada curso lleva el nombre de un escritor o científico famoso, inspirando a los alumnos a explorar sus historias y obras, y a tejer su aprendizaje en un contexto significativo y vivencial.
Explorando y creciendo juntos
La lectura es mucho más que una herramienta académica; es un portal hacia la imaginación, el conocimiento y la comprensión de nosotros mismos y del mundo que nos rodea. En nuestro colegio de educación alternativa, basado en la filosofía holística, vemos a cada niño como un ser integral cuyas emociones, cuerpo y mente trabajan en conjunto para aprender y crecer.
Leer para comprender y sentir desde una perspectiva holística
Nuestra metodología no se centra únicamente en la adquisición de conocimientos, sino en la experiencia completa que envuelve al niño al interactuar con los textos. La lectura se convierte en una práctica que conecta el pensamiento lógico con la creatividad y la empatía. Las actividades, como dramatizaciones y representaciones, fomentan la participación activa y la inmersión emocional, integrando el aprendizaje sensorial y social.
La escritura creativa como expresión de la totalidad del ser
Fomentar la escritura va más allá de la técnica; en un enfoque holístico, es una herramienta de autoexploración y autoconocimiento. Mediante talleres de escritura, los estudiantes no solo desarrollan habilidades lingüísticas, sino que se reconectan con sus sentimientos y pensamientos. Así, escribir se convierte en un proceso sanador y fortalecedor que nutre tanto la mente como el espíritu.
El impacto de la lectura en el desarrollo cognitivo y emocional
La lectura en la infancia estimula el cerebro y fortalece la interconexión entre las áreas emocionales y racionales, un principio clave del holismo. Según Jiménez (2017), la exposición temprana a los libros mejora habilidades cognitivas avanzadas y, simultáneamente, enriquece el desarrollo emocional. Esto es fundamental para que los niños integren su aprendizaje académico con su capacidad para empatizar y tomar decisiones éticas.
Crear hábitos de lectura en casa: Un enfoque integral
Fomentar hábitos de lectura en casa implica más que asignar tiempo de lectura. Se trata de cultivar un entorno enriquecedor donde la lectura sea una experiencia compartida y valorada. Para ello, es esencial que las familias participen de forma activa, creando un rincón de lectura acogedor y compartiendo libros que respondan a los intereses de los niños.
Además, el ejemplo de los adultos es fundamental; cuando los niños ven a sus padres disfrutar de un libro, comprenden que la lectura es un hábito valioso y placentero. Incorporar conversaciones sobre lo leído y explorar temas desde distintas perspectivas alimenta la curiosidad y fomenta un aprendizaje holístico. Este enfoque refuerza la conexión entre la escuela y el hogar, promoviendo el amor por la lectura como una herramienta para comprender y abrazar el mundo.
Consejos prácticos para los padres:
Apoyar a los hijos en su camino hacia el amor por la lectura puede empezar con pequeñas acciones cotidianas. Los padres pueden leer en voz alta con sus hijos, eligiendo historias adecuadas para cada edad e intereses. Es vital animar a los niños a expresar sus opiniones sobre lo leído y hacer preguntas que promuevan la reflexión crítica.
Además, crear una rutina de lectura diaria fortalece la disciplina y permite que la lectura se convierta en un momento de conexión familiar. Asistir juntos a bibliotecas y eventos literarios amplía su perspectiva y demuestra que la lectura es una puerta al mundo. Por último, es recomendable ofrecer una variedad de géneros y autores, mostrando la diversidad de ideas y estilos que la literatura ofrece, e integrando este hábito con las materias que exploran en la escuela.
Consejos:
Dedicar al menos 20 minutos diarios a leer juntos, centrándose en la conexión emocional y el diálogo.
Crear un ambiente que invite a la calma y al disfrute de la lectura.
Fomentar la curiosidad y la exploración a partir de preguntas abiertas y actividades que amplíen la experiencia lectora.
Mostrar cómo la lectura es parte de un proceso de aprendizaje constante y de vida.
Por último, dejo unos títulos de libros que podrían ayudar a incentivar la lectura en nuestros estudiantes:
«El Principito» de Antoine de Saint-Exupéry: Un clásico que inspira a los niños a explorar la imaginación y los valores humanos.
«El Monstruo de Colores» de Anna Llenas: Ideal para aprender a identificar y gestionar emociones.
«Aventuras de Ulises» de Gerónimo Stilton: Narrativas divertidas que fomentan el amor por la lectura y la aventura.
«Cuentos de la Selva» de Horacio Quiroga: Historias emocionantes con un toque de naturaleza.
«Frin» de Luis María Pescetti: Una historia entrañable sobre la amistad y la infancia.
“El terror de Sexto ‘B’» de Yolanda Reyes: Una historia misteriosa y emocionante sobre un grupo de niños de sexto grado enfrentándose a situaciones aterradoras, que pone a prueba su valentía y trabajo en equipo. Ideal para captar la atención de jóvenes lectores, con un enfoque que mezcla el terror y la diversión de manera accesible para los niños.
Referencias Bibliográficas:
Jiménez, J. E. (2017). La importancia de la lectura en la primera infancia. Ediciones Educativas.
Smith, M. L. (2019). Lectura y escritura creativa: cómo inspirar a los niños desde pequeños. Editorial ABC.
Pérez, R. (2021). Leer para crecer: la influencia de la literatura en el desarrollo infantil. Editorial Educativa.