Las manifestaciones culturales configuran los modos de vida de las poblaciones, creando espacios de socialización dentro de la sociedad actual, se puede decir que la cultura permite esta socialización y además transmite en una forma macro, la identidad de un territorio dentro de una región.
Por: Felipe López, maestra de música
El reto de una nación que ha imitado modelos culturales extranjeros durante tantos años estaría en la estrategia para visibilizar las tradiciones propias y que sean arraigadas nuevamente en la población actual desde el sistema de educación; cabe mencionar que estas tradiciones han sido trasmitidas de forma generacional por la población colombiana, pero algunas de éstas han sido relegadas.
Este hecho genera un choque entre las tradiciones impuestas y las propias, abriendo una brecha dentro de la sociedad, generando desigualdad en la población.
Estas divisiones penetran la sociedad, afectando de forma negativa procesos educativos y culturales, menospreciando en muchas ocasiones, la actividad cultural y por ende las disciplinas que la promueven, priorizando otras disciplinas que respondan a modelos que permitan un mayor desarrollo económico.
La división entre ciencia y arte es un claro ejemplo de cómo algunas naciones de América Latina han entrado en este modelo de desarrollo, relegando las artes a espacios abstractos sin importancia para el desarrollo de las regiones. La sociedad actual en su acelerada cotidianidad ha olvidado el sentir y el modo en el que, a través de éste, se configura el modo de vida en la sociedad, afectando el desarrollo cultural en nuestro país.
Dentro de esta crisis surgen propuestas educativas y culturales que claman por un retorno al sentir original de los pueblos latinoamericanos, generando la aceptación por parte de las masas de nuestras tradiciones y manifestaciones culturales, logrando romper las fronteras que limitan el desarrollo cultural, todo esto, basado en formas ancestrales de vida, sin olvidar procesos de mixtura cultural que se dieron en la colonización, “Y sin embargo nuestra identidad cultural está hecha de la dominación, como cualquier identidad humana está hecha de los conflictos, de las explosiones, de las crisis” (Barbero, J. 1984).
En estas propuestas, las artes adquieren una mayor relevancia al ser el instrumento por medio del cual la sociedad expresa su sentir y forma de vivir, así, los artistas somos llamados a hacer parte de este renacer, creando propuestas significativas dentro de este proceso, extrayendo herramientas útiles que nos ha dejado el colonialismo para exaltar nuestras tradiciones culturales y comunicar a un mundo global nuestra visión de la vida.
Referencias
MARTÍN-BARBERO, Jesús. De la comunicación a la cultura: perder el «objeto» para ganar el proceso. Signo y Pensamiento, [S.l.], v. 30, n. 60, p. 76-84, may. 2012. ISSN 2027-2731. Disponible en: <http://revistas.javeriana.edu.co/index.php/signoypensamiento/article/view/2412>.