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Riesgos, decisiones, preadolescencia y adolescencia en Neurodesarrollo

Por: Camila Rocha C.Docente de Inglés y Apoyos escolares

Cuando nuestros hijos o hijas, o estudiantes empiezan a transitar por la preadolescencia y adolescencia, empezamos a notar que hay comportamientos que los llevan a tomar riesgos, que sus decisiones no son las más sabias y que nosotros ya no somos una fuente confiable para ellos. Sentimos que todo esto viene porque son groseros o mal educados, pero la realidad es otra, y nosotros como adultos debemos abordarlo teniendo en cuenta el desarrollo biológico, es decir, los cambios físicos u hormonales y el desarrollo cerebral.

¿Qué sucede en el cerebro de los preadolescentes y adolescentes?

La preadolescencia es un periodo que inicia a los 8 años y la adolescencia a nivel de madurez o  desarrollo cerebral termina alrededor de los 25 años.

En estas etapas pueden abordar temas más profundos y complicados, que en la niñez no eran fáciles de afrontar, y esto es clave para comprender su comportamiento, variable e impredecible que muchas veces pueden causar desconcierto en nosotros como adultos, pues en un mismo día hay reacciones distintas.

Para entender este desarrollo cerebral, según la UNICEF, es importante tener en cuenta tres características clave relacionadas con los neurotransmisores  para los que el cerebro es especialmente sensible en esta etapa:

  • Dopamina: Activa los circuitos de gratificación e interviene en el aprendizaje de pautas y toma de decisiones. Lo cual explica lo rápido que aprenden. Su receptividad a la recompensa y sus reacciones exageradas ante diferentes situaciones que los enfrentan al éxito o al fracaso. Se guían por actividades o juegos que les producen placer. Este aspecto no podría ser ajeno a cómo toman sus decisiones. 
  • Oxitocina: Hace más gratificantes las relaciones sociales, trabaja en colaboración con la dopamina para vincular las conexiones sociales con los sentimientos de recompensa. Por eso la respuesta del cerebro ante la exclusión de sus pares, se asemeja a situaciones de amenaza física o falta de alimento. 
  • Serotonina: Neurotransmisor que no está regulado en estas etapas, lo cual explica los cambios y variantes que se presentan en los estados de ánimo, en el apetito y el sueño. Cuando la serotonina funciona adecuadamente, conduce a la felicidad y el bienestar. Los niveles bajos de serotonina se relacionan con la soledad, trastornos alimentarios, depresión y conductas autoagresivas.

Durante el periodo de la preadolescencia y adolescencia, el cerebro se desarrolla por etapas, tal como lo menciona la UNICEF en el artículo ¿Por qué los adolescentes toman riesgos? (Unicef, Paraguay, s.f.), en el cual se tiene en cuenta el desarrollo de las diferentes áreas cerebrales más relacionadas con este periodo:

  • La corteza prefrontal: Zona en la que se desarrollan las funciones de planificación, toma de decisiones, inhibición de impulsos y la capacidad de autocontrol. Esta zona madura hasta los 25-27 años.
  • El sistema límbico: Conocido también como cerebro emocional. En esta zona se elaboran las emociones, y madura antes de la corteza prefrontal, por lo que para los adolescentes las emociones pesan más que la racionalidad en la toma de decisiones.

Teniendo en cuenta estos procesos biológicos neuronales, los adolescentes pueden ser conscientes de los riesgos que toman, pero para ellos pesa más la recompensa social, por lo que pueden perder de vista con mayor facilidad las dimensiones reales de ciertos riesgos cuando están en grupo. 

Hay que tener en cuenta que la capacidad de autogestionarse, de manejar emociones, de tomar decisiones no aparece de un momento a otro, esta se irá consolidando progresivamente, y para esto el adulto debe estar presente, acompañando activamente desde un espacio seguro que le genere confianza para tomar decisiones y así aprender de sus errores, porque es con la experiencia que se generan aprendizajes.

¿Cómo acompañar estas etapas de maduración?

En este sentido, es importante que a lo largo de la vida los niños tengan la posibilidad de tomar decisiones, y esta oportunidad debería ser acompañada desde la primera infancia para que cuando se acerque la etapa de la preadolescencia y adolescencia se venga construyendo un criterio propio, que permita entender que tomar una decisión viene acompañada de un proceso de reflexión, de modo que al enfrentarse al fracaso o a periodos de ansiedad sea más llevadero.

Gia Miller  (Giller, 2023), en su artículo Ayudar a los niños a tomar decisiones publicado por el Child Mind Institute, propone algunas estrategias para acompañar a los niños y niñas en este proceso: 

  1. Pensar en voz alta cuando estamos tomando decisiones, puede ayudar a los niños a entender cómo se llega a ellas, de modo que logren tener en cuenta las alternativas, las ventajas y desventajas de cada decisión. 
  2. Involucrar a los hijos o hijas en la toma de decisiones que los afectan.
  3. Enfocarse en las siguientes preguntas que pueden ayudar a modelar una decisión: 
  • ¿Qué decisión debo tomar?
  • ¿Cuáles son mis opciones, incluyendo las menos preferidas?
  • ¿Cuáles son las ventajas y desventajas de cada opción?
  • ¿Hay alguna regla (política escolar, hora de llegada, etc.) que debo considerar al tomar mi decisión?
  • ¿Cómo afectará esta decisión a los demás?
  • ¿Qué me dice mi instinto?
  • ¿Cómo me hace sentir esta decisión?

Esto también permitirá que desarrollen habilidades como:

  • Confiar en ellos mismos y en sus opiniones
  • Seguridad en sí mismos
  • Decisión
  • Reflexión
  • Pensamiento analítico

A medida que van creciendo, los adolescentes se van enfrentando a mayores retos, empiezan a buscar su independencia, lo cual los llevará a enfrentarse a decisiones más grandes que requieren de mayor compromiso y negociación. 

Es importante tener en cuenta que también deben experimentar las consecuencias de tomar buenas y malas decisiones. Cuando se trate de las malas decisiones, hay que acompañar y validar su emoción, mantener la calma, evitar culparlos, ayudarlos a analizar y aprender de sus errores, así se arrepientan de la decisión tomada. 

Muchas veces como madres y padres queremos protegerles de emociones y situaciones dolorosas, pero  esos sentimientos dolorosos brindan retroalimentación, que más adelante les ayudará a tomar decisiones correctas, así como los menciona la Dra Busman (citada en Giller, 2023). Hay que dejar que experimenten las consecuencias de malas decisiones y así trabajar a partir de ellas. Este es el camino del acompañamiento para que se conviertan en adultos conscientes.

En f a c e entendemos que el camino no es fácil, pero desde el día a día y la experiencias vividas por ellos, damos siempre el acompañamiento  desde la reflexión.

Queremos compartir con ustedes este Podcast de UNICEF Adolescentes/No están perdidos para ampliar la reflexión sobre este valioso tema.


Referencias:

Giller, M. (06 de 02 de 2023). Ayudar a los niños a tomar decisiones. Obtenido de Child Mind Institute: https://childmind.org/es/articulo/ayudar-a-los-ninos-a-tomar-decisiones/

Unicef, Paraguay. (s.f.). ¿Por qué los adolescentes toman riesgos? Recuperado el 02 de 03 de 2024, de https://www.unicef.org/uruguay/crianza/adolescencia/por-que-los-adolescentes-toman-riesgo

Unicef, Paraguay. (s.f.) ¿Cómo se desarrolla el cerebro de un adolescente? Recuperado el 02 de 03 de 2024 https://www.unicef.org/uruguay/crianza/adolescencia/como-se-desarrolla-el-cerebro-de-un-adolescente

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