Por Felipe López. Maestro de música
La educación alternativa genera múltiples espacios de interacción, ofreciendo a estudiantes infinitas oportunidades de darse a conocer sin temores, generando espacios sanos de convivencia para crecer constantemente como sujetos y centros de cambio para la sociedad actual. En el colegio face estos espacios se dan en diferentes contextos y diariamente maestros, maestras y estudiantes plantamos semillas para un futuro de cambio, aportando nuevos caminos para el fortalecimiento de una sociedad inclusiva y consciente de los retos que implica la actualidad.
El proceso de coevaluación en el colegio face Tenjo es el espacio que permite conocer la diversidad de pensamiento, llevando a procesos de profunda reflexión por parte de estudiantes, maestras y maestros. Desde tempranas edades los y las estudiantes comienzan a desarrollar su capacidad para hablar sana y abiertamente a compañeros y compañeras, expresando opiniones y recomendaciones, basados siempre en el amor y en las vivencias diarias que ocurren en los diferentes espacios del colegio. Este proceso va creciendo y fortalece constantemente el autoconocimiento y entendimiento de la función individual en el contexto grupal, llevando a la construcción de un sujeto crítico, capaz de generar cambios significativos en los diferentes contextos de los que hace parte fundamental.
Es inspirador ver cómo estos espacios logran transformaciones profundas, llevando gradualmente a los y las estudiantes a romper las barreras para socializar sin temores, expresando lo que sienten de manera abierta y respetuosa, comprendiendo la importancia de saber y entender quiénes son en realidad. A través de este proceso de coevaluación se comprende que la diferencia es parte fundamental de la vida y que el amor también es la fuerza que permite entenderla, respetando la individualidad para construir espacios sanos de convivencia.
Estos son los retos que planteamos diariamente en el colegio face Tenjo , teniendo siempre como norte una educación basada en el amor; amor que nos exige replantear constantemente nuestra labor como individuos de la sociedad actual, también, repensar diariamente cómo y qué aportamos a estos sujetos de cambio y qué espacios generamos maestros, maestras y familias para que estos procesos trasciendan y se conviertan en parte fundamental de las vivencias de nuestra comunidad.