Tenjo – Cundinamarca – 600 mts vía la punta | 3115986201

Un espacio habitado desde la empatía

Iniciamos nuestra jornada a las 7:30 en el colegio. Desde las 7:25 subimos la montaña para llegar a los que son, quizá, los salones más hermosos de Face, junto con los niños y los profesores de la zona. Llegamos agotados, a veces sin aliento, pero la vista lo vale todo.

Valen los más de 100 escalones que hay para llegar y descubrir la inspiración que esconden las montañas, los pájaros que acompañan las clases y la motivación de los niños por explorar los lenguajes del arte, la música, las matemáticas y las ciencias socio-naturales. Todo ello nos conduce a la construcción de un espacio que, ya en sí mismo, genera inspiración y entrega al habitarlo.

Por: Tatiana Polania, Maestra de Artes.

El salón de arte está lleno de estímulos y de todo tipo de materiales que permiten exteriorizar emociones y creatividad con libertad. Así vemos cómo los espacios también nos construyen en Face, y nos invitan a ser y crear identidad desde un ambiente que conecta con la naturaleza y el espíritu, permitiendo crear con libertad lo que nuestro corazón dicte.

En este descubrirnos desde el espacio, he logrado percibir —como docente que guía procesos desde el campo artístico— cómo las manifestaciones de la empatía han estado tan presentes en Face y construyen una identidad única de este lugar. Nunca había conocido tanto la empatía como la he descubierto aquí.

¿Y qué es exactamente la empatía?

Encontramos la definición de la empatía en Google como: “la capacidad de entender y comprender los sentimientos, pensamientos y la perspectiva de otra persona, es decir, ponerse en sus zapatos sin necesariamente estar de acuerdo con ella o identificarse completamente. Incluye un componente afectivo para responder con una emoción apropiada y uno cognitivo para comprender el estado mental del otro.”

Con ello reconozco que el espacio que nos rodea en Face está cargado de historias que invitan a pensar en el otro y a ponernos en los zapatos de quien vive una experiencia desafortunada, siempre involucrando la reflexión para quienes aún no comprenden dicha definición, y para quienes aún no escuchan los rumores del espacio, que solo invita —desde el diálogo— a comprendernos y aceptarnos en nuestras diferencias.

Creo que aquí encontramos lo que vivimos como comunidad Face: habitar los espacios con empatía, comprendiendo que el lugar que habita el otro es tan importante como el mío, construyendo identidad en estos preciosos y preciados espacios desde esa pequeña palabra, pero inmensa en la profundidad de su significado. Quien aún no la comprende siempre será invitado a vivirla y a habitarla desde lo que ya susurran las paredes, y desde un legado que lleva años priorizando la comunicación asertiva.

La empatía logrará construirnos como una mejor sociedad, habitando espacios desde el amor hacia las diferencias, encontrando en ello la colaboración mutua, el diálogo respetuoso y la comunicación asertiva. Puede que no logremos que todo ello permee el mundo, pero en Face vivimos el inicio desde su filosofía, que conecta el amor exigente y la palabra para aprender a ponernos en el lugar de quien escuchamos.


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