Por: Luisa Fernanda Vera. Auxiliar de preescolar
En el colegio face Tenjo el amor se convierte en un pilar fundamental que sustenta las relaciones entre docentes y estudiantes. Este vínculo va más allá de la mera transferencia de conocimiento y se basa en la creación de un ambiente de aprendizaje donde el respeto, la empatía y la conexión emocional son esenciales. En el enfoque educativo del colegio face, los profesores no son transmisores de información, son guías y facilitadores del crecimiento personal y académico de los niños y niñas. La pasión por enseñar y el amor por el aprendizaje son elementos centrales en los profesores de f a c e. Esta pasión se refleja en su dedicación a crear un espacio en el que los niños y niñas se sientan valorados, comprendidos y estimulados.
El amor en la relación entre profesores y estudiantes no se limita a un sentimiento abstracto, sino que se manifiesta en la forma en que se lleva a cabo el proceso de aprendizaje. Los profesores de f a c e Tenjo se esfuerzan por conocer a cada niño individualmente, entendiendo sus necesidades, intereses y formas únicas de aprendizaje. Esta atención personalizada crea un ambiente donde los niños se sienten reconocidos y apoyados en su desarrollo. El amor entre profesores y niños en el colegio face también se refleja en la construcción de confianza y seguridad. Los niños y niñas saben que sus preguntas, inquietudes y opiniones son valoradas, lo que fomenta una comunicación abierta y honesta. Esta confianza mutua permite que nuestros estudiantes se sientan cómodos al expresarse y participar activamente en su proceso de aprendizaje.
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El amor entre profesores y estudiantes tiene un efecto transformador en el proceso educativo. Cuando los niños se sienten amados y respetados, están más dispuestos a asumir desafíos, a tomar riesgos y a explorar nuevas áreas de conocimiento. La seguridad emocional que proporciona este vínculo afectivo les permite enfrentar el aprendizaje con una actitud positiva y una mentalidad abierta. A medida que los niños experimentan el amor y el respeto en su relación con los profesores, también desarrollan un amor por el aprendizaje en sí mismo. Se sienten motivados a explorar, descubrir y comprender el mundo que les rodea de una manera significativa. Esta motivación intrínseca crea un ciclo virtuoso en el que los niños se convierten en aprendices apasionados y comprometidos.
El amor entre docentes y estudiantes en el colegio face no sólo nutre el proceso educativo, sino que también contribuye a la formación de individuos seguros, empáticos y conscientes. Esta conexión emocional resalta la importancia de la educación no solo como una transmisión de conocimiento, sino como una experiencia en la que el amor y el respeto se fusionan para crear un entorno donde los niños pueden crecer, aprender y florecer plenamente.
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