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Viaje a Través de las Vanguardias: Cuando el Cuerpo se Convierte en Arte

En FACE, vivimos una experiencia única donde el arte y el movimiento se encontraron para crear algo más grande: una forma de expresión que conecta el cuerpo, la emoción y la creatividad. A través de nuestro proyecto integrador sobre las vanguardias artísticas, niños, niñas y adolescentes exploraron no solo estilos artísticos, sino nuevas formas de conocerse y comunicarse con el mundo.

Aquí te contamos cómo fue este viaje por las distintas corrientes del arte moderno… ¡en movimiento!

Por: Santiago Lozano- Docente de corporales

1. Arte Naíf (4 a 6 años): Movimientos sencillos y felices

Con el grupo “Pinceladas”, comenzamos entre colores, cintas y mucha alegría. En la actividad “Colores que se mueven”, los más pequeños crearon movimientos espontáneos guiados por la música, mientras que en “El dibujo en el aire”, sus cuerpos trazaban líneas invisibles. Cerramos con “El abrazo del color”, un gesto lleno de ternura donde cada uno expresó su color favorito con el cuerpo.


2. Fauvismo (7 a 9 años): La fuerza del color en movimiento

El grupo “Matisse” llevó la energía a otro nivel. En “Explosión de colores”, corrieron al ritmo de la música, congelándose en posturas creativas. Luego, con “Danza fauvista”, jugaron con telas y contrastes, y finalizaron con “El mural humano”, una imagen vibrante que simbolizó unión y diversidad corporal.


3. Simbolismo (9 a 10 años): El símbolo hecho cuerpo

El grupo “Pina Bausch” trabajó desde la emoción. En “Los gestos secretos”, cada gesto representaba un sentimiento, mientras que “La metáfora en movimiento” los llevó a expresar ideas abstractas con el cuerpo. El cierre, “El espejo simbólico”, fue una hermosa experiencia de empatía y conexión.


4. Cubismo (11 años): Cuerpos en formas y ángulos

Con el grupo “Picasso”, la geometría tomó vida. En “Estatuas geométricas”, los cuerpos se congelaron en ángulos definidos; luego, “Rompecabezas humano” invitó a formar figuras en grupo. Finalmente, “El cuadro desarmado” representó la diversidad de perspectivas a través del movimiento libre.


5. Dadaísmo (13 a 14 años): El juego del absurdo

La creatividad se desató con el grupo “Hugo Ball”. En “El saludo raro”, cada estudiante inventó una forma absurda de saludar. “Coreografía sin sentido” y “El aplauso disparatado” nos recordaron que el arte también puede ser risa, caos y libertad.


6. Surrealismo (13 a 14 años): Soñar despiertos con el cuerpo

El grupo “Salvador Dalí” nos llevó al mundo de los sueños. “Movimientos oníricos” convirtió cada paso en fantasía, y “Escenas del sueño” fue una creación surrealista colectiva. Cerramos con “Despertar colectivo”, un hermoso momento de reflexión compartida.


7. Expresionismo (15 a 16 años): El grito del cuerpo

En el grupo “El Grito”, las emociones se volvieron protagonistas. “Explosión emocional” y “Danza de las emociones” permitieron expresar conflictos internos y colectivos, culminando en “El círculo expresivo”, donde cada estudiante compartió su emoción con el grupo, acompañado por sonidos simbólicos.


8. Arte Conceptual (15 a 16 años): La idea en movimiento

El grupo “Yoko Ono” exploró el arte desde la mente. “El objeto invisible” propuso representar objetos solo con el cuerpo. En “Performance conceptual”, cada grupo eligió una idea para expresarla en silencio, dejando una pregunta abierta al final. Un espacio lleno de reflexión.


9. Pop Art (17 a 18 años): El cuerpo pop

Con “Andy Warhol”, el arte se volvió cultura pop. En “Poses de cómic”, los estudiantes se congelaron en escenas estilo viñeta, y en “Coreografía pop”, bailaron con colores y exageración. Cerramos con “La selfie viviente”, una foto grupal que capturó la esencia juvenil.


10. Arte Contemporáneo (17 a 18 años): El presente en movimiento

Finalmente, con el grupo “Banksy”, los gestos cotidianos se transformaron en arte. En “La instalación humana”, abordaron problemáticas actuales desde el cuerpo, y con “El aplauso silencioso”, cerraron con respeto y sensibilidad hacia el trabajo colectivo.


Conclusión: El cuerpo como lenguaje, el arte como camino

Este proyecto nos dejó una enseñanza poderosa: el lenguaje corporal y postural va más allá de lo físico. Cuando lo abordamos desde un enfoque holístico, se convierte en una herramienta para fomentar la creatividad, la empatía y la expresión emocional.

Cada gesto, cada forma, cada movimiento fue una historia contada desde el cuerpo. Y en ese contar, nuestros estudiantes crecieron, se conectaron y se reconocieron unos a otros como parte de una comunidad diversa y vibrante.

Porque sí: el arte y el movimiento pueden cambiar la forma en que aprendemos, nos comunicamos y nos relacionamos con el mundo.